El parto
Giving birth
Después de un parto, el cuerpo se adapta y muchas mujeres se sienten afectadas, tanto física como emocionalmente. Se pueden sentir desanimadas y eufóricas. Justo después del parto es bueno estar cerca del niño lo máximo posible. El contacto físico es bueno para la vinculación afectiva y ayuda a estimular la producción de leche materna.
Justo después de nacer, el niño suele mamar para después dormir durante mucho tiempo. Cuando el niño se despierta, es normal que quiera mamar mucho y a menudo. Si tienes dificultades para dar el pecho o el biberón, es importante buscar ayuda.
Tras el parto, el útero se contrae y se tienen contracciones. Pueden doler, pero son necesarias para que el útero se recupere y reducir las hemorragias. Los analgésicos alivian el dolor. Aproximadamente, se tardan cuatro semanas para que las heridas del útero se curen del todo y en dejar de sangrar. Las hemorragias no son peligrosas, pero si huelen mal o si tienes dolor y fiebre, puede ser una señal de infección en el útero. En ese caso, busca asistencia médica directamente.
Cuando se tiene un parto vaginal, es habitual tener rupturas y pequeñas heridas en el bajo vientre que pican y pueden doler al hacer pis y caca. Si está dolorida e hinchada, una toalla fría o sentarse sobre algo blando pueden aliviar el dolor. Las que se han sometido a una cesárea pueden tener bastante dolor en la tripa y alrededor de la herida de la operación. Aunque duela, es importante comenzar a moverse. De ese modo, se curará más rápido y se reducirá el riesgo de trombosis y estreñimiento. Pero evita levantar cosas pesadas. El descanso y beber muchos líquidos ayudan a que el cuerpo se recupere.
Después de un parto, es importante llevar un control con una matrona que te examine y te haga un seguimiento para confirmar que todo ha ido bien. Aquellas personas que tengan lesiones posparto serias que continúen dándoles problemas no deben tardar en buscar asistencia sanitaria, incluso si ha pasado mucho tiempo desde el parto.
El embarazo y el parto representan un gran estrés para la zona pélvica. Si tienes dolor y no desaparece al cabo de varios meses, tienes que buscar ayuda.
Tras el parto, los músculos del suelo pélvico se han estirado, lo que hace que pueda escapársete orina o te cueste contener los gases. Algunas también pueden tener pérdida de heces. Para fortalecer el suelo pélvico de nuevo, resulta eficaz hacer ejercicios de Kegel de manera regular. Relaja el cuerpo y practica tensando los músculos que van desde el recto hacia la vagina.
Durante y después del embarazo, es habitual que te salgan hemorroides. Las hemorroides se pueden tratar con fármacos que no necesitan receta.
Cuando se acaba de dar a luz, es habitual que la vida sexual se vea afectada. Para muchas, se trata de un período de menor deseo. Muchas tienen dolor en la vulva y en la vagina o les duele la tripa tras la cesárea. Prueba a ver cómo te sientes y deja que el cuerpo se cure y se recupere. Antes de mantener relaciones sexuales, es importante pensar en utilizar medios anticonceptivos si no quieres quedarte embarazada de nuevo.
Aquellas personas que necesiten asesoramiento, tengan problemas o estén preocupadas, pueden acudir en busca de asistencia directamente a, por ejemplo, la consulta de la matrona, un ginecólogo o un centro de salud. Todo el mundo tiene derecho a una buena asistencia sanitaria, apoyo y ayuda después de un parto.
El período posparto implica a menudo un reajuste importante, tanto físico como psíquico. En este vídeo descubrirás qué pasa en el cuerpo después de haber dado a luz, cómo puedes aliviar las molestias más habituales y adónde puedes acudir en caso de tener problemas después del parto.
Hablar con alguien sobre el vídeo puede resultar importante y darte nuevos puntos de vista. Tal vez tengas preguntas y pensamientos que sería bueno hablar con otras personas en lugar de darles vuelta por tu cuenta. Compartiendo y escuchándonos unos a otros, podemos apoyarnos y aprender juntos.
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